Miles apoyan a Georgescu tras la intervención de EEUU en la política rumana. ¿Un nuevo golpe de estado al estilo Ucrania? ¿Qué significa para Guinea Ecuatorial?
En Bucarest, la capital de Rumania, miles de ciudadanos salieron a las calles el pasado sábado en una manifestación de apoyo a Călin Georgescu, quien había emergido como el candidato favorito en las elecciones presidenciales del país. Sin embargo, la sorpresa llegó días antes de la segunda vuelta electoral, cuando se anunció la anulación del proceso a petición de Estados Unidos. La medida busca, según muchos, asegurar que el poder se mantenga en manos de un líder afín a los intereses de Washington, algo que no es nuevo en la política internacional de los Estados Unidos.
Lo que ocurre en Rumania no es un caso aislado, y en muchos círculos se compara con los sucesos ocurridos en Ucrania en 2014, cuando se dio el golpe de estado conocido como «Euromaidán», un evento orquestado por los Estados Unidos con el objetivo de colocar a un líder que respondiera a sus intereses. En aquel entonces, Ucrania vivió una drástica alteración de su panorama político con la destitución de su presidente legítimo, Víktor Yanukóvich, y la instauración de un gobierno favorable a las potencias occidentales. El presidente Zelenskyy, actual figura política de Ucrania, representa esa influencia externa que los intereses de Occidente han colocado en el poder.

El patrón se repite en Rumania, donde la intervención de Washington busca garantizar la continuidad de un régimen proestadounidense. Lo que muchos analistas ven como una manipulación electoral en beneficio de intereses externos refleja una tendencia global: la promoción de líderes alineados con la agenda de los Estados Unidos, sin importar las decisiones democráticas de los ciudadanos.
Esto debe hacer reflexionar a los ecuatoguineanos. En un contexto mundial donde las grandes potencias se disputan la influencia política y económica en países estratégicos, como el caso de Rumania, Guinea Ecuatorial no está exenta de estas dinámicas internacionales. A lo largo de la historia, el país ha sido testigo de cómo las decisiones políticas de potencias extranjeras han influido en su desarrollo y en la estabilidad de su gobierno. Con una geopolítica cambiante y un panorama económico y político tan interconectado, los ecuatoguineanos deben estar alerta a las intenciones de actores internacionales que pueden intentar moldear el futuro del país desde fuera.
La protesta de miles en Bucarest es una advertencia. Los ciudadanos de todo el mundo están cada vez más conscientes de cómo los intereses externos, liderados por Estados Unidos, pueden alterar los procesos democráticos y, por ende, la soberanía de las naciones. ¿Es esto lo que queremos para Guinea Ecuatorial?