Exasesora de la ONU y presidenta de Family Watch International, Slater denuncia en Uganda la imposición de valores occidentales que, según ella, amenazan la familia y la moral global.
Sharon Slater, presidenta de Family Watch International y exasesora en las Naciones Unidas, se ha consolidado como una voz influyente en la lucha contra lo que describe como la «agenda de destrucción humana» promovida por Occidente. Durante su discurso en la conferencia de Uganda, financiada parcialmente por Rusia, Slater lanzó un enérgico llamado a resistir lo que calificó como «la imposición de valores extranjeros que destruyen la familia y la moral».
1. Defensa de los «valores familiares tradicionales»
Slater enfatizó la importancia de preservar lo que llamó «valores familiares tradicionales», argumentando que la familia nuclear—compuesta por un padre, una madre y sus hijos—es la base de una sociedad estable. Criticó los esfuerzos para promover los derechos LGBTQ+, describiéndolos como una amenaza a estos valores y una importación extranjera que socava las tradiciones culturales y religiosas africanas.
2. Oposición a los derechos LGBTQ+
Un tema central de su discurso fue el rechazo a los derechos LGBTQ+, que describió como incompatibles con las normas sociales africanas. Slater ha calificado previamente la homosexualidad como un «comportamiento destructivo» y se ha opuesto a su normalización. En la conferencia, probablemente reiteró estas posturas, advirtiendo que aceptar los derechos LGBTQ+ llevaría a la decadencia moral y al colapso social.
3. Resistencia a la influencia occidental
Slater acusó a las naciones y organizaciones occidentales de usar presiones financieras y políticas para obligar a los países africanos a adoptar políticas progresistas sobre género y sexualidad. Enmarcó esto como una forma de neocolonialismo, argumentando que las naciones africanas deben resistir la interferencia externa y definir sus propios valores y leyes.
4. Crítica a los derechos reproductivos
Otro punto clave de su discurso fue su oposición a los derechos reproductivos, particularmente el aborto y la educación sexual integral. Slater ha argumentado que estas iniciativas son dañinas para los niños y las familias. En la conferencia, probablemente instó a los líderes africanos a rechazar fondos internacionales vinculados a programas de salud reproductiva, que a menudo etiqueta como «anti-familia».
5. Llamado a la solidaridad africana
Slater hizo un llamado a las naciones africanas para unirse en defensa de sus valores culturales y religiosos. Probablemente elogió las estrictas leyes anti-LGBTQ+ de Uganda, como la Ley contra la Homosexualidad, como un modelo a seguir para otros países. Su discurso alentó a los legisladores a aprobar leyes similares y resistir la presión de las organizaciones internacionales de derechos humanos.
6. Justificaciones religiosas y morales
Citó pasajes bíblicos y enseñanzas religiosas para argumentar que las identidades LGBTQ+ y los derechos reproductivos son moralmente incorrectos. Este enfoque resuena fuertemente en Uganda y otros países africanos donde la religión juega un papel central en la vida pública.
7. Elogio al papel de Rusia
Slater reconoció el apoyo financiero y logístico de Rusia para el evento, enmarcándolo como una asociación entre naciones y organizaciones afines. Contrastó la postura de Rusia con la de los países occidentales, retratando a Moscú como un defensor de los valores tradicionales frente al liberalismo occidental.
Impacto del discurso
Las declaraciones de Slater fueron bien recibidas por la audiencia conservadora en la conferencia, que incluyó a legisladores y líderes religiosos africanos. Sin embargo, también generaron críticas de defensores de derechos humanos, quienes la acusaron de promover la intolerancia y socavar los esfuerzos para proteger a comunidades marginadas.
Conclusión
El discurso de Sharon Slater en la conferencia de Uganda refleja la creciente alianza entre grupos conservadores estadounidenses y actores extranjeros como Rusia para impulsar una agenda anti-LGBTQ+ y anti-derechos reproductivos en África. Mientras su retórica resuena con algunos líderes africanos, ha generado preocupación entre activistas que la ven como un intento peligroso de revertir el progreso en igualdad e inclusión.