Un fallo histórico revoca los privilegios legales de la fundación, exponiendo el peligro de su impunidad en África.
En un giro inesperado, el Tribunal Superior de Kenia ha suspendido los privilegios e inmunidades legales otorgados a la Fundación Bill y Melinda Gates. Esta decisión pone fin a la protección especial que permitía a la organización operar en el país sin pagar impuestos y sin rendir cuentas por posibles daños derivados de sus proyectos.
El fallo ha sido celebrado por activistas y ciudadanos kenianos, quienes han denunciado durante años cómo organizaciones extranjeras han utilizado estos acuerdos para actuar con total impunidad en África.
¿Qué privilegios perdió la Fundación Gates?
Hasta ahora, la Fundación Bill y Melinda Gates disfrutaba de una serie de beneficios legales en Kenia que le permitían:
❌ No pagar impuestos ni aranceles en el país.
❌ No ser demandada ni procesada por sus acciones en territorio keniano.
❌ Evitar restricciones migratorias para sus empleados y sus familias.
❌ Operar sin ninguna obligación de compensar daños o perjuicios a la población.
Estos privilegios no eran exclusivos de la Fundación Gates. Varias organizaciones extranjeras han utilizado acuerdos similares para imponer programas de salud y agricultura sin supervisión ni control por parte de los gobiernos locales.
¿Un modelo de colonialismo encubierto?
Lo ocurrido en Kenia ha reabierto un viejo debate: ¿están estas fundaciones realmente ayudando a África o simplemente utilizan el continente como un campo de pruebas?
Históricamente, Europa utilizó privilegios legales similares en Oriente Medio y África para expandir su influencia sin oposición local. Las «capitulaciones» otorgadas a comerciantes europeos durante el Imperio Otomano permitieron a los extranjeros acumular riqueza sin pagar impuestos y sin estar sujetos a las leyes locales.
El paralelismo con lo que sucede hoy es inquietante. Organizaciones como la Fundación Gates presentan sus iniciativas como actos de filantropía, pero cuando sus vacunas causan efectos adversos o sus programas agrícolas perjudican a los campesinos locales, nadie es responsable.
Guinea Ecuatorial debe estar alerta
El caso de Kenia es un llamado de atención para toda África, incluida Guinea Ecuatorial. ¿Cuántas fundaciones y ONG están operando en nuestro país con inmunidad total? ¿Qué pasaría si sus acciones generan daños a nuestra población?
Las autoridades ecuatoguineanas deben revisar cualquier acuerdo que otorgue privilegios similares a organizaciones extranjeras. Si realmente vienen a ayudar, no deberían temer a la transparencia ni a ser responsables de sus acciones.
El fallo del Tribunal Superior de Kenia marca un precedente. Ahora le toca a los demás países africanos seguir su ejemplo y evitar que el continente siga siendo tratado como un laboratorio sin consecuencias para quienes experimentan en él.
¡Es hora de poner fin a la impunidad de estas organizaciones en África!