Cómo el «Confesiones de un Sicario Económico» me salvó del engaño occidental
por: Sr.Obiang
En un tiempo no tan lejano, yo era uno más entre los miles de jóvenes ecuatoguineanos que, en sus ratos libres, criticaban al Gobierno desde la ignorancia, repitiendo como eco todo lo que había aprendido a través de las noticias occidentales, de internet, de las series, de las ONGs extranjeras que nos venden promesas envenenadas. Creía, como muchos de mis hermanos hoy en día, que luchar contra el sistema nacional era la verdadera revolución. ¡Qué gran error!
Mi mente, como la de gran parte del pueblo ecuatoguineano, había sido moldeada cuidadosamente por una maquinaria de propaganda que trabaja día y noche: la televisión, las redes sociales, los medios internacionales, las ONGs infiltradas en nuestras universidades y comunidades… Todo, absolutamente todo, diseñado para adoctrinarnos y alejarnos de nuestros propios intereses como nación africana soberana.
El Gobierno de Guinea Ecuatorial, aunque tiene muchas virtudes, no ha desarrollado aún mecanismos de contrarresistencia en esta nueva era digital. Una era de globalización donde la verdadera colonización ya no se hace con bayonetas, sino con ideas y narrativas falsas implantadas en las mentes jóvenes.
Y es precisamente aquí donde comenzó mi verdadera transformación.
Fue en 2020 cuando todo cambió.
Cayó en mis manos el libro «Confesiones de un Sicario Económico» de John Perkins. Ese libro no solo abrió mis ojos: me arrancó las vendas que el imperialismo había colocado en ellos.
Por primera vez entendí la realidad en 3D: cómo funcionan las potencias occidentales, cómo destruyen países desde adentro, endeudándolos, manipulando a sus líderes, corrompiendo su juventud, para después explotarlos sin levantar sospechas. África no es pobre por accidente; África es saqueada sistemáticamente.
De no haber encontrado este libro, seguramente hoy sería otro «activista de internet», gritando contra mi propio país, sirviendo de tonto útil a intereses foráneos, exiliado en Europa, lejos de mis raíces y sin poder regresar.
Me salvaron dos cosas fundamentales:
- El culturismo, deporte en el que encontré disciplina, madurez y fuerza para resistir la manipulación emocional.
- El conocimiento real, que llegó a través de aquel libro y cambió mi vida para siempre.
Hoy no solo defiendo a Guinea Ecuatorial; defiendo a toda África del imperialismo que quiere robarnos nuestra identidad, nuestra tierra y nuestro futuro.
Mi consejo a la juventud ecuatoguineana es claro:
- No te dejes manipular por los charlatanes de internet.
- No confíes en los falsos activistas que trabajan para intereses extranjeros.
- Ama tu país.
- Edúcate en la historia real de África.
- Y sobre todo, despierta: el enemigo no lleva uniforme militar, lleva traje y corbata, y viene a ti disfrazado de «amigo de los derechos humanos».
Hoy lucho, hablo y actúo para que tú también despiertes. Porque Guinea Ecuatorial no necesita más repetidores del imperialismo: necesita verdaderos patriotas conscientes.