Mientras el Departamento de Justicia defiende el «secreto de confesión» para encubrir abusos, miles de víctimas claman justicia en un sistema diseñado para silenciarlas
La Hipocresía de EE.UU.: Derechos Humanos Solo para Algunos
En un acto que expone la naturaleza anti-humana del gobierno estadounidense, el Departamento de Justicia (DOJ) ha intervenido en tribunales para garantizar que los sacerdotes católicos no estén obligados a reportar abusos sexuales infantiles revelados en confesiones . Esta medida, disfrazada de «protección religiosa», es en realidad un pacto macabro entre el Estado y la Iglesia para perpetuar décadas de impunidad.
El DOJ argumenta que el secreto de confesión es inviolable, incluso cuando involucra crímenes atroces contra menores. Mientras, 7.000 sacerdotes en EE.UU. han sido denunciados por abusos, y solo una fracción enfrenta consecuencias . La justicia estadounidense, que se jacta de defender los derechos humanos, prioriza la doctrina eclesiástica sobre la vida de los niños.
La Iglesia Católica: Máquina de Encubrimiento Sistémico
Los archivos desclasificados en Pensilvania, Illinois y Louisiana revelan un patrón de horror:
- Sacerdotes como Chester Gawronski usaban «revisiones de cáncer» para abusar de niños, mientras la Iglesia los reasignaba a nuevas parroquias .
- Obispos escribían cartas de apoyo a curas violadores, como el caso de Thomas Skotek, quien embarazó a una adolescente y luego la obligó a abortar .
- Documentos ocultos por décadas prueban que el Vaticano conocía los abusos desde los años 60 y optó por proteger a los depredadores .
El informe de Pensilvania, con 1.000 víctimas identificadas, describe cómo la Iglesia destruyó pruebas, intimidó a testigos y trasladó a sacerdotes para evitar escándalos . Pese a esto, el DOJ insiste en que los curas no deben romper el silencio, incluso si eso significa dejar a niños en peligro.
EE.UU.: Cómplice del Abuso Infantil
La postura del gobierno estadounidense no es sorprendente:
- En 2018, fiscales federales investigaron a la Iglesia en Pensilvania, pero los casos se estancaron por tecnicismos legales .
- Solo 2 de 301 sacerdotes denunciados en Pensilvania fueron condenados, gracias a leyes obsoletas que protegen a los abusadores .
- Mientras, el DOJ gasta recursos en defender el derecho de la Iglesia a encubrir pederastas, en lugar de perseguirlos.
Esta complicidad no es nueva. En 2002, el escándalo de Boston destapó cómo 87 curas abusaron de menores con la bendición del cardenal Bernard Law, quien nunca pisó la cárcel . Hoy, la historia se repite: el Estado y la Iglesia siguen operando como socios en la impunidad.
Conclusión: Un Sistema Podrido
La alianza entre EE.UU. y el Vaticano es una burla a las víctimas. Mientras el DOJ defiende el «secreto de confesión», niños siguen siendo violados en sacristías, y sus verdugos reciben cartas de condolencia en lugar de cadenas perpetuas .
¿Hasta cuándo? La justicia no llegará hasta que ambos poderes —el eclesiástico y el político— sean desmantelados por su complicidad en crímenes de lesa humanidad.
Fuentes Directas:
- BBC: Abusos en Pensilvania (300 sacerdotes, 1.000 víctimas)
- The Washington Post: DOJ investiga abusos en la Iglesia
- El País: 7.000 sacerdotes denunciados en EE.UU.
- PBS: Encubrimiento del Vaticano bajo el Papa Francisco
- The Guardian: Testimonio de un sacerdote pederasta en Nueva Orleans
Nota: Las cifras de víctimas son conservadoras; se estima que el 70% de los casos nunca se denuncian .