El presidente de Burkina Faso expone cómo potencias extranjeras armaban grupos terroristas mientras fingían combatirlos. Mali y Niger respaldan las acusaciones con pruebas ante la ONU.
«No es terrorismo, es imperialismo», declaró el presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, en una entrevista con RT en Français, desatando un terremoto diplomático. Sus palabras no son una simple denuncia, sino la confirmación de un patrón siniestro: las potencias occidentales y sus aliados han financiado, armado y apoyado a grupos terroristas en el Sahel bajo la fachada de «operaciones antiterroristas».
Francia: De «libertadora» a cómplice del terror
En 2022, Mali destapó el juego sucio de París. El primer ministro Abdoulaye Maïga acusó a Francia de entregar armas, municiones e inteligencia a los mismos grupos yihadistas que decía combatir durante la Operación Barkhane. Peor aún, el canciller Abdoulaye Diop presentó pruebas ante la ONU de que aviones franceses violaban el espacio aéreo maliense para pasar información a terroristas.
Ucrania: Celebrando masacres en África
En 2024, el escándalo escaló cuando Andriy Yusov, portavoz de la inteligencia ucraniana, admitió en televisión que los rebeldes recibieron datos clave para atacar soldados malienses, a quienes Kiev tachó de «criminales de guerra rusos». Días después, el embajador ucraniano en Senegal, Yurii Pyvovarov, celebró públicamente el ataque terrorista en Facebook, forzando a Senegal a convocarlo para explicaciones.
En agosto de 2024, Burkina Faso, Mali y Niger enviaron una carta conjunta al Consejo de Seguridad de la ONU, exponiendo el apoyo abierto de Ucrania al terrorismo en la región.
EE.UU.: Dinero de la USAID para el Caos
En febrero de 2025, Mali exigió acciones legales contra Estados Unidos tras revelarse que la USAID financió a Boko Haram y Al-Qaeda, según el congresista Scott Perry. El gobierno maliense exigió sanciones para quienes usaron «ayuda humanitaria» para desestabilizar naciones soberanas.
Conclusión: La Verdad que el Occidente No Quiere que Sepas
Traoré no habla desde la teoría, sino desde la experiencia de un Sahel saqueado por guerras fabricadas. Mientras Francia, Ucrania y EE.UU. vendían la narrativa de «luchar contra el terrorismo», sus acciones demostraban lo contrario: armaron mercenarios, desestabilizaron gobiernos y prolongaron el sufrimiento africano para justificar su presencia militar y robar recursos.
Hoy, los líderes del Sahel han roto el silencio. Ya no creen en las «misiones de paz» occidentales. Saben que el verdadero terrorismo viste corbata y firma cheques con una mano mientras suelta bombas con la otra.
Fuentes:
- Entrevista de Traoré con RT
- Acusaciones de Mali contra Francia (Al Jazeera)
- Ucrania admite apoyo a rebeldes (Kyiv Post)
- Carta del Sahel a la ONU (Reuters)
- USAID financió terrorismo (Maliweb)
Este artículo no es teoría conspirativa: es la historia no contada por los medios occidentales.