cómo una clase política sin formación real exige titulaciones a los ciudadanos!!!
1. El Gobierno de los «Eminencias… del Tresillo»
Mientras Europa debate reformas educativas, España lidera el ranking en creatividad curricular. La ministra de Sanidad, Carmen Montón, dimitió por un máster tan falso como un billete de Monopoly, pero no sin antes recibir el respaldo de Pedro Sánchez, cuyo doctorado parece estar guardado en la misma caja fuerte que la receta de la paella auténtica . Y no olvidemos a Pablo Casado, cuyos «posgrados en Harvard» resultaron ser un cursillo de cuatro días en un sótano de Madrid . ¿El lema? «Si no tienes título, invéntatelo… y si te pillan, di que fue un error de traducción» .
2. La Universidad Rey Juan Carlos: Máster en Corrupción VIP
Esta institución debería dar clases de «Cómo falsificar actas sin dejar huellas (digitales)». Cristina Cifuentes, ex presidenta de Madrid, obtuvo su máster con la misma dedicación que un estudiante de TikTok: sin asistir a clase, sin hacer exámenes y con un trabajo final que brillaba por su ausencia. Eso sí, el acta falsificada tenía más realismo mágico que una novela de García Márquez . Y por si fuera poco, 20 personas fueron detenidas por comprar títulos online, demostrando que el «España Puede» también aplica al mercado negro de diplomas [citation:Granmadrid].
3. Sanitarios con «Licenciatura en Ctrl+C»
El escándalo no se limita a la política. El caso de los «100 farsantes de cuello blanco» destapó a médicos, enfermeros y hasta profesores con títulos falsos. ¿La especialidad? «Medicina basada en el plagio» y «Enfermería con certificado de WordArt» [citation:ABC]. Si en la pandemia aplaudían a los sanitarios, ahora habría que preguntar: ¿Cuántos de esos héroes tenían un diploma descargado de Internet?
4. El «Y Tú Más» como Política de Estado
Cuando les pillan, la estrategia es clásica: «¿Yo? ¡Pero mira al de al lado!». Noelia Núñez (PP) culpó a Sánchez de plagio, Maroto dijo que su máster era «un curso de liderazgo», y el rey Felipe VI terminó su carrera militar en cuatro años (cuando lo normal son quince) . Hasta el Título de ESO parece un logro comparado con esta orgía de méritos inventados.
5. Conclusión: España, Potencia Mundial en… Humor Negro
Entre dimisiones, actas falsas y doctores «honoris causa en trampeo», el país ha demostrado que su verdadero «estándar de excelencia» es el «todo vale». Si algún día exportan este modelo, que sea con una etiqueta: «Cuidado: Contenido político puede contener trazas de realidad… o no» .
Epílogo: Para los aspirantes a político en España, el requisito ya no es estudiar, sino tener suelo suficiente para que no se note el vacío curricular. Y si todo falla, siempre queda el máster en resiliencia… ante los titulares.
Fuentes: Clarín, Granmadrid, ABC, y un manual de «Cómo sobrevivir a un escándalo en 10 tweets» .