El llamado de Uganda y líderes africanos para proteger la cultura y la soberanía frente a la imposición de ideologías extranjeras debe resonar en Guinea Ecuatorial.
El reciente discurso del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, en la Primera Conferencia Interparlamentaria sobre Valores Familiares y Soberanía, ha encendido las alarmas en África. Museveni denunció la promoción de la homosexualidad como una amenaza para la procreación humana y llamó a los países africanos a liderar la resistencia contra lo que calificó como una «degeneración y decadencia peligrosa para la humanidad». Este mensaje, respaldado por expertos y parlamentarios de más de 22 naciones, debe ser un llamado de atención para Guinea Ecuatorial, donde las presiones externas y las agendas globales podrían estar socavando los valores culturales y familiares.
La homosexualidad: ¿Una agenda impuesta?
Durante la conferencia, celebrada en Entebbe, expertos como el Dr. Wahome Ngare, presidente de la Asociación de Médicos Católicos de Kenia, explicaron que la homosexualidad no tiene bases genéticas ni hormonales, sino que es el resultado de factores psicológicos, como familias disfuncionales, abusos sexuales o exposición a la pornografía. Sharon Slater, presidenta de Family Watch International, añadió que esta práctica es «anti-vida, anti-familia y anti-humanidad», y advirtió sobre los esfuerzos de actores internacionales, incluidos algunos dentro de la ONU, para promoverla y obstaculizar la rehabilitación de sus víctimas.
En Guinea Ecuatorial, donde la familia y la tradición son pilares fundamentales de la sociedad, es crucial preguntarse: ¿Estamos siendo influenciados por agendas extranjeras que buscan erosionar estos valores?
La soberanía africana en juego
Museveni también alertó sobre los peligros del acuerdo post-Cotonou entre la Unión Europea y los países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP). Artículos como el 46.3 y el 40 promueven la «orientación sexual e identidad de género», lo que representa una amenaza para la soberanía de los Estados miembros y sus valores culturales y religiosos. El presidente ugandés instó a los líderes africanos a no firmar este acuerdo, advirtiendo que ponería en riesgo el futuro de las próximas generaciones.
Guinea Ecuatorial, como miembro de los ACP, debe estar atenta a estas presiones. ¿Estamos dispuestos a ceder nuestra soberanía y valores a cambio de ayuda económica o política?
Protegiendo a los niños y la familia
Museveni destacó la importancia de proteger a los niños de la exposición prematura a temas sexuales y rechazó la educación sexual integral, argumentando que invade la infancia y socava su desarrollo natural. En Guinea Ecuatorial, donde la familia es el núcleo de la sociedad, es esencial preguntarse: ¿Estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños de influencias externas que podrían dañar su formación moral y cultural?
Un llamado a la acción
El ejemplo de Uganda, que ha aprobado leyes estrictas contra la promoción de la homosexualidad y ha propuesto centros de rehabilitación para las víctimas, debe inspirar a Guinea Ecuatorial. Hon. Kaluma Peter, parlamentario de Kenia, elogió a Museveni por su firmeza y destacó que países como Ghana, Malawi y Kenia están siguiendo su ejemplo con leyes similares.
Guinea Ecuatorial no puede quedarse atrás. Es hora de que los líderes, las familias y la sociedad en general tomen conciencia de las amenazas globales que buscan imponer ideologías ajenas a nuestra cultura. Debemos defender nuestra soberanía, proteger a nuestras familias y preservar los valores que nos definen como nación.
Conclusión
Lo que sucede en Uganda y otros países africanos no es ajeno a Guinea Ecuatorial. Forma parte de una agenda global que busca imponer valores contrarios a nuestras tradiciones y creencias. Es momento de despertar, unirnos como continente y decir «no» a las presiones extranjeras. La familia, la cultura y la soberanía africana están en juego, y depende de nosotros protegerlas.