Lecciones del Caso de Madagascar y la Urgente Necesidad de Aplicar Nuestra Ley Nacional
En un mundo donde las lealtades divididas pueden comprometer la integridad de un país, el reciente caso del presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, sirve como una advertencia clara para Guinea Ecuatorial. Rajoelina, quien adquirió la nacionalidad francesa en 2014, utilizó su pasaporte francés para huir del país en octubre de 2025 ante protestas masivas y un motín militar, con el apoyo de fuerzas francesas. Desde el exilio, intenta mantener influencia sobre su nación, exponiendo cómo la doble nacionalidad puede actuar como un «salvoconducto» para líderes que priorizan intereses extranjeros sobre el bienestar nacional. En Guinea Ecuatorial, donde nuestra Constitución prohíbe explícitamente la doble nacionalidad (artículo 13 de la Ley Fundamental, que establece la pérdida automática de la ciudadanía ecuatoguineana al adquirir otra), esta práctica persiste sin consecuencias, permitiendo que individuos con lealtades divididas ocupen posiciones de poder. Es hora de exigir la aplicación estricta de la ley para proteger nuestra soberanía y asegurar que solo patriotas genuinos guíen el destino de la nación.
A pesar de la prohibición constitucional, la doble nacionalidad se tolera en diversos ámbitos, lo que socava la confianza en nuestras instituciones. Un ejemplo evidente es el equipo nacional de fútbol, el Nzalang Nacional. Muchos jugadores, aunque representan con orgullo a Guinea Ecuatorial en competiciones internacionales como la Copa Africana de Naciones (CAN), mantienen doble nacionalidad. Casos como el de Pablo Ganet, nacido en España con padre ecuatoguineano; Néstor Senra, también español de origen; o Charles Ondo, con raíces nigerianas, ilustran cómo se permite esta dualidad en el deporte. Estos atletas, que han contribuido al éxito del Nzalang, no son criticados por su compromiso, pero su situación resalta una inconsistencia: si la ley prohíbe la doble nacionalidad, ¿por qué se hace una excepción en un símbolo nacional como el fútbol? Esta laxitud envía un mensaje equivocado, sugiriendo que las reglas no se aplican por igual.
Más grave aún es su presencia en el gobierno y el sistema judicial. Un caso paradigmático es el del ex presidente de la Corte Suprema, Juan Carlos Ondo Angue, quien huyó al exilio en 2020 tras acusaciones de corrupción y fraude. Ondo Angue, que se refugió entre España y Francia, ha sido señalado por presumir de su nacionalidad francesa para evadir la justicia ecuatoguineana. En 2024, las autoridades emitieron una orden de arresto internacional contra él por presunto complot para desestabilizar el país, pero su estatus en Europa le ha permitido eludir el proceso. Este episodio no solo demuestra cómo la doble nacionalidad puede servir de escudo contra la accountability, sino que también cuestiona la independencia de nuestro poder judicial. ¿Cómo puede un alto funcionario, encargado de impartir justicia, mantener lealtades externas que le permiten escapar de las consecuencias de sus actos?
La no aplicación de la ley contra la doble nacionalidad fomenta la presencia de «agentes dobles» en posiciones de poder, individuos que ven Guinea Ecuatorial como un medio temporal para sus ambiciones, no como un compromiso vitalicio. Necesitamos líderes patriotas, dispuestos a darlo todo por el país, sin vías de escape. Aquellos con familiares viviendo en el extranjero y negocios fuera de nuestras fronteras no deberían ser elegibles para dirigir la administración pública. Esta situación indica que sus intereses primarios están en otro lugar: en caso de crisis, como en Madagascar, priorizarán su salida segura sobre la defensa del pueblo. En un país rico en recursos pero marcado por desigualdades, no podemos permitir que el poder se concentre en manos de quienes tienen «salvoconductos» listos, dejando al ciudadano común a enfrentar las consecuencias.
Para avanzar como nación soberana, urge una reforma: auditorías estrictas de nacionalidad para todos los funcionarios públicos, aplicación inmediata de la ley constitucional y criterios claros de elegibilidad que prioricen el compromiso total con Guinea Ecuatorial. Solo así construiremos un gobierno al servicio del pueblo, libre de influencias externas. Los ecuatoguineanos merecemos líderes que inviertan en nuestro futuro, no en su plan de contingencia personal.
Fuentes:
- Constitución de la República de Guinea Ecuatorial (Ley Fundamental), Artículo 13, disponible en: https://www.refworld.org/pdfid/56dec01e4.pdf
- Wikipedia, «Equatoguinean nationality law», consultado el 14 de octubre de 2025, disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Equatoguinean_nationality_law
- CAF Online, «We still believe: Ganet’s leadership driving a nation’s 2026 World Cup quest», 8 de octubre de 2025, disponible en: https://www.cafonline.com/fifa-world-cup/news/we-still-believe-ganet-s-leadership-driving-a-nation-s-2026-world-cup-quest/
- VOA Africa, «Equatorial Guinea Accuses Former Supreme Court Chief of Plotting to Destabilize the Country», 2 de marzo de 2024, disponible en: https://www.voaafrica.com/a/equatorial-guinea-accuses-former-supreme-court-chief-of-plotting-to-destabilize-the-country-/7510870.html
- EG Justice, «Harassment of Judges Undercuts their Independence», consultado el 14 de octubre de 2025, disponible en: https://egjustice.org/content/harassment-of-judges