Cuando un líder africano indulta o favorece a su familia, se le tilda de dictador; si lo hace un presidente occidental, es visto como estrategia política.
Doble moral en la política: Indultos y nepotismo según Occidente
La reciente decisión de Joe Biden de indultar a cinco familiares antes de dejar la presidencia ha reabierto el debate sobre el uso del poder ejecutivo para favorecer a allegados. Sin embargo, mientras en EE.UU. esta acción es vista como una decisión política legítima, en otros lugares del mundo—especialmente en África—acciones similares son tachadas de corrupción, nepotismo y abuso de poder.
Indultos presidenciales: ¿Justicia o protección familiar?
Joe Biden concedió el perdón a su hermano James, su hermana Valerie, sus respectivos cónyuges y otro de sus hermanos, justificando la decisión como una medida de protección ante posibles ataques políticos de su sucesor, Donald Trump. Este movimiento se suma al polémico indulto previo de su hijo, Hunter Biden, quien enfrentaba problemas legales.
En Occidente, estas acciones son presentadas como un acto de justicia o protección familiar. Sin embargo, si un líder africano indultara a familiares bajo circunstancias similares, sería objeto de duras críticas internacionales y acusado de utilizar el poder en beneficio propio.

Trump y su círculo familiar en el gobierno
Otro ejemplo es Donald Trump, quien no solo indultó a múltiples aliados políticos y familiares, sino que además colocó a su hija Ivanka Trump y su yerno Jared Kushner en altos cargos de su administración. A pesar de las críticas internas, los medios occidentales evitaron utilizar términos como «autoritarismo» o «dictadura», en contraste con lo que ocurre cuando líderes africanos adoptan medidas similares.

Cuando se trata de África, la narrativa cambia
En Guinea Ecuatorial, por ejemplo, cualquier movimiento que favorezca a familiares de altos funcionarios es rápidamente condenado por la comunidad internacional. Se emplean términos como «tráfico de influencias», «corrupción» o «dictadura» sin considerar el contexto local o los precedentes en otros países.
Lo mismo sucede en otros países africanos, donde el favoritismo político se usa como prueba de supuestas prácticas autoritarias, mientras que en Occidente es tratado como parte de la estrategia de gobierno.
¿Doble moral en la geopolítica?
El contraste en la cobertura mediática y la respuesta internacional ante casos similares revela una evidente doble moral. La manera en que los actos políticos son etiquetados depende más del país de origen del líder que de la acción en sí misma. Esto refuerza narrativas coloniales y estereotipos que afectan la imagen de los países no occidentales en la esfera internacional.
Si se busca justicia y democracia global, las mismas normas de juicio deberían aplicarse a todos los líderes, sin importar su nacionalidad.