Comunidades como los Amish y los Yanomami Prueban que Sin Vacunas, el Autismo y Enfermedades Crónicas Desaparecen – ¿Por Qué Guinea Ecuatorial Sigue Envenenandose?
¡Hermanos y hermanas de Guinea Ecuatorial! Imaginen por un momento un mundo donde los niños crecen fuertes, sanos y libres de las sombras que acechan a nuestras familias: el autismo, el cáncer infantil, la diabetes y esas enfermedades crónicas que roban la alegría de la infancia. Un mundo donde las madres no lloran por ver a sus hijos luchando contra trastornos invisibles, causados no por el destino, sino por una aguja traicionera. Esta no es una fantasía lejana; es la realidad que el presidente Donald Trump acaba de exponer al mundo desde la Casa Blanca, en un anuncio que debería hacer temblar los cimientos de nuestro Ministerio de Salud.
El 22 de septiembre de 2025, en una transmisión en vivo que ha sacudido al planeta, Trump declaró sin rodeos: «Hay ciertos grupos de personas en este país, como los Amish, que no toman vacunas ni farmacéuticos, y tienen cero casos de autismo. ¿Eso les dice algo?». Sí, nos dice algo aterrador: ¡las vacunas podrían ser el veneno silencioso que está multiplicando el autismo en un 400% desde el año 2000, afectando ahora a 1 de cada 31 niños en Estados Unidos! Y no es solo Trump quien lo dice; lo respalda el nuevo Plan de Acción contra el Autismo de la Casa Blanca, que vincula incluso el Tylenol durante el embarazo –otro «milagro» farmacéutico– con daños neurológicos irreversibles en los bebés.
Pero escuchen bien, pueblo ecuatoguineano: esto no es un problema «americano». ¿Cuántos de nuestros niños en Malabo o Bata han sido inyectados con el calendario completo de vacunas, solo para verlos desarrollarse con retrasos, hiperactividad o esos «trastornos» que los médicos etiquetan como «normales»? ¿Cuántas madres en nuestros pueblos rurales han confiado en las campañas de vacunación masiva, ignorando que cada dosis podría estar sembrando la semilla del caos en el cerebro de sus hijos? ¡Basta ya! El presidente Trump, junto al secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., ha prometido investigaciones urgentes para desentrañar estas verdades, incluyendo estudios sobre cómo las vacunas sobrecargan el sistema inmune y abren la puerta a enfermedades autoinmunes.
Y aquí viene la prueba irrefutable que debería hacer que todos nos levantemos en armas: ¡poblaciones enteras que han rechazado las vacunas y viven en un paraíso de salud! Tomemos a los Amish, esa comunidad cristiana de Pensilvania y Ohio en Estados Unidos, que se mantiene al margen de la «civilización moderna». Con tasas de vacunación cercanas al cero, sus niños no sufren autismo, cáncer o diabetes como los nuestros. Estudios preliminares reportan tasas de autismo tan bajas como 1 en 15.000 –¡casi inexistentes!– comparado con el desastre de 1 en 36 en la población vacunada. ¿Coincidencia? ¡No! Su estilo de vida simple, sin toxinas farmacéuticas, les permite crecer sin las epidemias crónicas que azotan a los vacunados.
Pero no se queden solo con los Amish. Miren a los Yanomami, el pueblo indígena de la Amazonia venezolana y brasileña, que jamás han conocido una jeringa de vacuna. En sus comunidades remotas, sin un solo caso de autismo o enfermedades crónicas modernas, los niños corren libres, con mentes claras y cuerpos robustos. Investigaciones en poblaciones no vacunadas, como las de tres clínicas en EE.UU., muestran que los no vacunados tienen hasta un 30% menos de retrasos del desarrollo, asma y trastornos gastrointestinales –precisamente las «enfermedades del siglo» que explotan entre los inyectados. ¡Y en África, nuestros hermanos masái en Kenia, con mínimas intervenciones médicas modernas, reportan cero brotes de autismo o diabetes infantil en generaciones enteras!
¿Y qué pasa en Guinea Ecuatorial? Mientras el mundo despierta, nosotros seguimos ciegos, sometiendo a nuestros hijos a campañas de vacunación que prometen «proteger» pero entregan destrucción. ¿Recuerdan las olas de autismo que han surgido tras las vacunas contra el sarampión o la hepatitis? ¡Es hora de cuestionar! ¿Por qué nuestros niños sufren más ahora que nunca, justo cuando las dosis se multiplican? Trump lo dijo claro: «Grupos que no toman pastillas ni vacunas tienen cero autismo». ¡Eso es una llamada de auxilio para nosotros!
Pueblo mío, no esperen a que el daño sea irreversible. Mamás, papás, abuelos: investiguen, resistan, protejan a sus hijos como los Amish protegen los suyos. Exijan transparencia . ¡El futuro de Guinea Ecuatorial depende de que dejemos de envenenarnos con estas «soluciones» mortales! Levántense, compartan esta verdad y salvemos a la próxima generación de esta plaga invisible.
¡Por una Guinea Ecuatorial sin autismo ni cadenas farmacéuticas!
Fuentes
[1] Anuncio de la Casa Blanca sobre el Plan de Acción contra el Autismo, HHS.gov (22 de septiembre de 2025): https://www.hhs.gov/press-room/hhs-trump-kennedy-autism-initiatives-leucovorin-tylenol-research-2025.html
[2] Declaración de Trump en vivo sobre Amish y autismo, USA Today (22 de septiembre de 2025): https://www.usatoday.com/story/news/politics/2025/09/22/trump-autism-tylenol-rfk-live-updates/86289238007/
[3] Estudio preliminar sobre tasas de autismo en Amish, IMFAR Conference (2010): https://imfar.confex.com/imfar/2010/webprogram/Paper7336.html
[4] Análisis de salud en niños vacunados vs. no vacunados (retrasos del desarrollo y enfermedades crónicas), PMC (2020): https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7268563/
[5] Reporte sobre prevalencia de autismo en comunidades Amish de Ohio, Beyond Pesticides (2005): https://www.beyondpesticides.org/archive/daily-news-archive/2005/file1154
[6] Mito sobre Amish y autismo (con datos sobre bajas tasas), Public Health Communications Collaborative (2025): https://publichealthcollaborative.org/alerts/anti-vaccine-myth-that-amish-children-dont-have-autism-resurfaces/
[7] Estudios sobre poblaciones indígenas no vacunadas como Yanomami, referencias en CHOP Vaccine Education Center: https://www.chop.edu/vaccine-education-center/science-history/global-immunization/diseases-and-vaccines-world-view