Dar espacio mediático a figuras que promueven la decadencia moral de la juventud es inaceptable. El gobierno debe tomar medidas firmes para frenar la influencia de estos individuos y de los medios que los respaldan.
Recientemente, la sociedad ecuatoguineana ha sido testigo de un escándalo que expone la degradacion de los valores socioculturlaes en nuestro pais y la falta de control sobre la informacion mediatica por el gobierno. Durante la filtracion de los vídeos en el caso del funcionario Baltasar Ebang Engonga, se descubrio material comprometedor de Carina Genovena manteniendo sexo lesbico con una anciana, se la conoce como «Mbonguita«, una creadora de contenido en TikTok con una gran cantidad de seguidoras jóvenes.
Si bien la vida privada de cualquier persona es su asunto, la verdadera problemática radica en el mensaje que esta influencer está enviando a la juventud. Recientemente en una entrevista con SOL MEDIA, en lugar de reconocer el impacto negativo de su conducta, Mbonguita ha optado por exhibirse aún más en sus redes sociales, justificando que su estilo de vida la proporciona la comodidad que disfruta. Esto destruye la percepción de esfuerzo y trabajo duro, promoviendo en su lugar la idea de que su estilo de vida encubierta es una vía legítima para alcanzar el éxito.
Lo más alarmante es que un medio de comunicación nacional como Canal Sol ha dado espacio a esta figura, sin cuestionar el mensaje destructivo que representa. ¿Es aceptable que un medio público o con influencia masiva ayude a amplificar a individuos que degradan los valores y la moral de la sociedad? La respuesta es un rotundo no. Darles cobertura es equivalente a normalizar su estilo de vida y permitir que su mensaje llegue a una audiencia más amplia, influenciando negativamente a la juventud ecuatoguineana.
El gobierno tiene la responsabilidad de proteger a las nuevas generaciones de estos modelos perjudiciales. Si bien es cierto que muchos creadores de contenido que atacan los valores del Estado residen en el extranjero, aquellos que están presentes en el país deben ser sometidos a un control estricto. Se deben utilizar todas las herramientas gubernamentales disponibles para frenar su influencia y evitar que continúen pervirtiendo a la juventud. La permisividad solo abrirá la puerta a una mayor degradación social, occidente es un ejemplo de eso.
Asimismo, los medios que promueven estos contenidos deben ser sancionados y, de ser necesario, silenciados de inmediato. En lugar de ofrecer tribuna a modelos de vida destructivos, los medios deberían enfocarse en fomentar valores positivos y dar visibilidad a jóvenes que realmente trabajan y aportan al desarrollo del país. La lucha por una Guinea Ecuatorial con principios sólidos empieza por la erradicación de estos agentes de decadencia en nuestra sociedad.