Exministra y presentadora promueven ideologías occidentales que amenazan la estructura familiar y los valores tradicionales de Guinea Ecuatorial, bajo la influencia de pensamientos foráneos.
En los últimos años, Guinea Ecuatorial ha sido testigo de un fenómeno preocupante: la introducción de ideologías foráneas que buscan alterar los cimientos de nuestra sociedad. Este movimiento, disfrazado de progresismo, ha encontrado eco en figuras públicas que, tras vivir en Occidente, regresan con ideas ajenas a nuestra idiosincrasia. Entre ellas, destacan la exministra de Información, Pamela Nze Eworo, y la presentadora del podcast Cosas Ya Salen, quienes han utilizado sus plataformas para promover un feminismo radical y conceptos que atentan contra la familia tradicional y los valores que han sostenido a nuestra nación.
Durante su mandato, Pamela Nze Eworo permitió la creación de espacios como Charla Con Nosotras, donde se reunían mujeres y jóvenes para discutir temas de empoderamiento. Sin embargo, estos espacios se convirtieron en plataformas para promover ideas importadas de países como Estados Unidos y España, naciones donde el feminismo radical y la desintegración de la familia han llevado a graves problemas sociales. En estos programas, se daba voz a personas con estilos de vida y pensamientos ajenos a nuestra cultura, incluyendo a mujeres que abiertamente son lesbianas y otras prácticas que no reflejan los valores de nuestra sociedad, todo eso en una television estatal.
En el reciente podcast Cosas Ya Salen, Pamela y la presentadora discutieron abiertamente sobre el feminismo, presentándolo como una lucha necesaria contra el patriarcado. Sin embargo, lo que no mencionan es que el patriarcado, lejos de ser un sistema opresor, ha sido la columna vertebral de nuestra sociedad. Es gracias a este sistema que los hombres han asumido roles de protección y construcción, desde la defensa de la nación en tiempos de guerra hasta el mantenimiento de las infraestructuras que sostienen nuestra vida diaria. Ucrania es un ejemplo reciente de cómo los hombres asumen la responsabilidad de proteger a sus familias y su patria en momentos críticos.
Por otro lado, la presentadora del podcast defendió una visión distorsionada de la historia, argumentando que las sociedades matriarcales primitivas eran más justas y libres. Según ella, en esas sociedades no existía la propiedad privada ni la familia nuclear, y las mujeres podían ser promiscuas sin restricciones ni miedo a ser juzgadas. Sin embargo, esta visión romantizada ignora que el desarrollo de la civilización y la estabilidad social han dependido de estructuras familiares sólidas, donde los roles de hombres y mujeres se complementan para el bien común.
Lo más preocupante es que estas ideas no solo se discuten en círculos cerrados, sino que se promueven a través de medios estatales, llegando a influir en la juventud ecuatoguineana. La exministra y la presentadora, ambas formadas en Occidente, parecen ignorar que las sociedades de donde importan estas ideas enfrentan graves problemas: tasas de natalidad en declive, desintegración familiar, y una creciente confusión sobre los roles de género.
Guinea Ecuatorial no necesita copiar modelos fracasados. Nuestra fortaleza radica en nuestra identidad y en los valores que nos han permitido mantenernos unidos como sociedad. Es hora de rechazar estas ideologías importadas y defender lo que nos define como nación. El feminismo radical no es la solución; es una amenaza para nuestra cultura y nuestro futuro.
Conclusión:
Mientras algunas voces intentan imponer un feminismo radical y conceptos ajenos a nuestra realidad, es crucial recordar que nuestra sociedad se ha sostenido gracias a valores tradicionales que promueven la complementariedad entre hombres y mujeres. Permitir que estas ideologías se arraiguen en Guinea Ecuatorial sería un error histórico que pagarían las generaciones futuras. Es momento de proteger nuestra idiosincrasia y rechazar cualquier intento de destruirla.