La polémica verdad detrás de líneas celulares como WI-38 y MRC-5, creadas en los años 60 con tejidos fetales de bebes y aún utilizadas en vacunas contra rubéola, varicela y COVID-19
La figura del Dr. Stanley Plotkin, alabado como pionero de vacunas como la de la rubéola y la rabia, esconde una historia turbia que conecta con los intereses corruptos de la Big Pharma. Desde el uso de tejidos de fetos abortados hasta admisiones bajo juramento sobre la falta de eficacia real de las vacunas, aquí exponemos los hechos que la industria no quiere que conozcas.
1. El macabro origen de las vacunas: Líneas celulares WI-38 y MRC-5
Plotkin desarrolló la vacuna contra la rubéola usando fibroblastos de fetos abortados en los años 60. Aunque él defiende que fue por «razones científicas», la realidad es más siniestra:
- Los fetos no eran «donaciones»: Se obtuvieron de abortos electivos sin consentimiento explícito .
- Cultivos perpetuos: Las líneas celulares WI-38 y MRC-5 (usadas también en vacunas contra varicela y hepatitis A) provienen de un solo feto cada una, replicado infinitamente en laboratorio .
- Negocio redondo: Estas líneas celulares son propiedad de corporaciones como Merck y Sanofi, que facturan miles de millones con vacunas derivadas de ellas .
¿Dónde está la ética? Plotkin admitió en entrevistas que «había visto el sufrimiento de niños con rubéola congénita» para justificar su decisión, pero nunca mencionó el lucro detrás .
2. Las confesiones bajo juramento: Las vacunas NO son tan efectivas
En un testimonio judicial de 2018, Plotkin fue interrogado por el abogado Aaron Siri sobre fallos críticos en las vacunas:
- «No se conoce el nivel exacto de anticuerpos necesario para protección»: Reconoció que los estándares de inmunidad son arbitrarios .
- «La vacuna del sarampión no garantiza inmunidad de por vida»: Contradice la narrativa oficial de que «es mejor que la enfermedad natural» .
- «Los vacunados pueden transmitir el virus»: Admitió que los brotes recientes en EE.UU. y Europa incluyen a personas vacunadas .
Estas declaraciones destruyen el mito de la «inmunidad colectiva» y revelan que las farmacéuticas venden seguridad falsa.
3. La conexión con Big Pharma: Sanofi, Merck y el lobby vacunal
Plotkin no es un científico independiente:
- Asesor de Sanofi Pasteur: La misma empresa multada por esconder efectos adversos de sus vacunas .
- Libro «Vaccines»: Considerado la «biblia» de la vacunología, pero financiado por laboratorios .
- Censura a críticos: Tildó a los antivacunas de «ignorantes» mientras callaba los conflictos de interés de la industria .
¿Por qué tanto empeño en silenciar las dudas? Porque las vacunas mueven $60 mil millones anuales, y Plotkin es una pieza clave del sistema .
4. El doble discurso: «Salvar vidas» vs. experimentación masiva
Mientras Plotkin habla de «erradicar enfermedades», sus propias publicaciones admiten que:
- Las vacunas se aprueban sin correlatos inmunológicos claros (no saben exactamente cómo protegen) .
- Los virus mutan por la presión vacunal: Las campañas masivas podrían estar generando cepas más peligrosas .
- Se experimenta con la población: Los brotes actuales se usan para «estudiar mejor la inmunidad», es decir, nos convierten en conejillos de Indias .
5. Conclusión: ¿Héroe o villano?
La historia de Plotkin es el reflejo de una industria que prioriza ganancias sobre la salud:
- Usó tejidos fetales sin ética y lo justificó como «necesario» .
- Mintió sobre la eficacia real de las vacunas bajo juramento .
- Trabajó para farmacéuticas corruptas que esconden efectos adversos .
No es ciencia, es negocio. Y mientras él recibe premios, miles de padres ignoran los riesgos porque el sistema les miente.
Fuentes clave:
- Declaraciones judiciales de Plotkin (2018) .
- Origen WI-38: Fetos abortados .
- Conexión con Sanofi y conflicto de intereses .
¿Hasta cuándo seguirán encubriendo la verdad? La salud pública merece transparencia, no los juegos sucios de la mafia farmacéutica.